jueves, 30 de abril de 2009

jueves, 23 de abril de 2009

¿Victoria pírrica?.

Con el voto del honor de solo 32 legisladores, la Asamblea de la Vergüenza aprobó ayer el Art. 30 sometido por el Poder Ejecutivo. El Secretario General del PLD y también Presidente de la Asamblea motivó su aprobación en nombre de su partido, de su presidente y de su iglesia.

Juan Bosch se revolcó de asco en su tumba, mientras el coro de hipócritas seguía celebrando con bombos y platillos el centenario de su nacimiento. Que alguien explique cómo los mismos que ayer ultrajaron su memoria se atreven a seguir organizándole ferias y homenajes al más fiel discípulo de Hostos, al que promulgó la Constitución laica del 63 que derogó el Concordato trujillista, al que frente al chantaje eclesiástico prefirió ser depuesto por las armas antes que renunciar a sus principios democráticos.

Cuarenta y seis años después vuelve a imponerse el fanatismo de ultraderecha, esta vez sin la amenaza de las armas porque los herederos de Bosch en el PRD y el PLD hace tiempo que perdieron, no digamos ya la integridad, sino hasta el pudor (a los herederos de Balaguer, obviamente, no hay ni que mencionarlos).
Y así ocurrió que los mismos que ayer constitucionalizaron la noción demencial de que una célula fecundada tiene los mismos derechos que una mujer adulta, aprobaron en la misma sesión y sin rubor alguno el artículo que garantiza la libertad de conciencia y de cultos. Óigase bien, ¡aprobaron la libertad de conciencia y cultos con las rodillas todavía hinchadas de hincárseles a los ayatolas!
Pero solo el tiempo dirá si lo de esta Asamblea Revisora, más que un triunfo arrollador, no sería una victoria pírrica, sobre todo para la Iglesia.
A nuestra clase política la conocemos muy bien, por lo que no creo que el espectáculo de oportunismo y desvergüenza que ha protagonizado en los últimos días tomara a nadie por sorpresa (aunque, eso sí, a Leonel que nunca más vuelva a hablar de modernidad en público, para que no se le rían en la cara).

Contrario a la clase política, que ya no tenía prestigio que perder, la Iglesia sí que perdió. Hasta ahora la jerarquía eclesiástica dominicana había evitado asumir discursos estridentes sobre cuestiones que, aunque su doctrina considera tan pecaminosas como el aborto, gozan de la aprobación incuestionable de la ciudadanía, como el derecho al divorcio o al uso de anticonceptivos.

Esta vez equivocaron el cálculo cuando confiaron en que la ciudadanía seguiría acatando su peculiar versión de la ‘defensa de la vida’ sin respingar. No se dieron cuenta a tiempo que la República Dominicana de hoy no es la misma de hace dos décadas.

Recordemos que a comienzos de los años 90 hubo un primer intento de despenalización del aborto terapéutico en el contexto de los trabajos de modificación del viejo Código de Salud. En esa ocasión la sociedad civil permaneció en silencio mientras la Iglesia apeló a todos sus recursos organizativos, políticos y mediáticos para avasallar al reducido grupo de feministas (y escasísimos aliados) que nos atrevimos a promover dicha propuesta. Como en esa ocasión no fue cuestionada por otros sectores, la campaña por la ‘defensa de la vida’ sirvió para consolidar el liderazgo moral y el prestigio político de la Iglesia (como se evidenció poco después, durante la crisis política del 94).

Pero esta vez no fue así. El listado de organizaciones sociales, gremios profesionales, personalidades mediáticas, analistas políticos, directores de medios, expertos constitucionalistas, personalidades científicas y académicas, etc. que ahora se pronunció en favor de la despenalización parcial fue enorme.
Peor aún para la Iglesia, lo hicieron llamando las cosas por su nombre y poniendo al desnudo la irracionalidad y el fanatismo que subyace en la postura eclesiástica. Y resulta que no es lo mismo descalificar a un pequeño grupo de feministas que descalificar a la Sociedad Dominicana de Obstetricia y Ginecología, a la Academia de Ciencias, al Colegio Médico Dominicano, a Participación Ciudadana, al Rector de la UASD, al Director de FLACSO, al Colegio Dominicano de Abogados, etc., etc.

El resultado es que, quizás por primera vez en la historia dominicana, desde la feligresía se cuestiona abiertamente la infalibilidad de los jerarcas en materia espiritual y desde la sociedad civil se cuestiona abiertamente la certidumbre de su liderazgo moral. La Iglesia mismo consiguió lo que sus adversarios jamás hubieran logrado: por un lado, alienar a muchos de sus fieles, dividiendo la feligresía; por el otro, perder la condición sacrosanta que la hacía políticamente intocable en el ámbito público.

Los cientos de católicos que durante días y días expresaron su rechazo a la posición de la Iglesia a través de blogs, cartas al editor, programas interactivos en la radio, listas de e-mail, etc., dejaron poca duda de que también aquí ha crecido la brecha entre la jerarquía recalcitrantemente pre-moderna y la masa de católicos, sobre todo los más jóvenes y mejor educados. Ratzinger y la curia siguen sin entender que no estamos en la época del pergamino sino del Internet.

El análisis anterior sugiere que, desde la perspectiva del mediano plazo, es posible que tanto la Iglesia como los partidos hayan actuado con miopía política; que será necesario cotejar las ganancias aparentes del corto plazo con los desgastes y mermas en otros sentidos, más sutiles pero no menos reales que la aplastante victoria legislativa de ayer. La Iglesia tuvo que dilapidar mucho capital político para conseguirla sin que quede claro qué es lo que va a obtener a cambio, ya que es altamente improbable que las autoridades judiciales empiecen a perseguir a las decenas de miles de mujeres que interrumpen embarazos cada año, así como a las parejas, proveedores, familiares y amistades que las asisten en el proceso. Solo el tiempo dirá quiénes ganaron y cuánto.

Denise Paiewonsky

22 de abril, 2009

Boletina Colectiva...articulo 30




miércoles, 22 de abril de 2009

lunes, 20 de abril de 2009

Artículos y reseñas en medios del Debate sobre el aborto

Actualización del debate sobre la penalización del aborto
en República Dominicana

Posturas de respeto a los derechos humanos de las mujeres
Redacción de Clave Digital, lunes 13 de abril
SANTO DOMINGO, DN.-La dirigente feminista Denise Paiewonsky declaró este domingo que con el Sermón de las Siete Palabras la Iglesia Católica utilizó el chantaje político para presionar a los legisladores que tienen a su cargo conocer y sancionar el proyecto de Ley de Reforma de la Constitución de la República.

Indicó que en los últimos meses los funcionarios católicos se muestran cada vez más nerviosos con el asunto de la despenalización parcial (del aborto) y sus pronunciamientos se han vuelto más amenazadores, sus críticas al gobierno han ido in crescendo y la campaña antiaborto alcanza ribetes de obsesión.
Paiewonsky, además de recriminar a la cúpula del clero católico por su participación en el golpe de Estado contra Juan Bosch en 1963, sostiene que los ataques contra el gobierno del presidente Leonel Fernández se deben a que, contrario al PRD y al PRSC, el PLD no ha bajado una línea anti aborto a sus legisladores.

Resalta los ataques personales de la Iglesia contra los legisladores peledeístas Minou Tavárez Mirabal, Magda Rodríguez y Víctor Terrero Encarnación.

"La Iglesia dominicana sabe que, cuando se le explica honestamente, la mayoría de la población no apoya su posición frente al aborto terapéutico", agreaga.

Sostiene que por eso lam Iglesia se cuida mucho de mantener el discurso de la ‘defensa de la vida’ al nivel de abstracciones y frasecitas bonitas, evitando a toda costa entrar en detalles que puedan conducir a percepciones de extremismo moral o fanatismo religioso.

A continuación el texto de reflexión y respuesta al Sermón de las Siete Palabras:
Se pasaron

Con el Sermón de las Siete Palabras de este Viernes Santo, la Iglesia católica escaló su estrategia de chantaje político a niveles que recuerdan la época de Láutico García y los golpistas eclesiales del 63. De un tiempo acá parece que no han bastado las tradicionales presiones a los legisladores, los regaños habituales desde el púlpito de la Catedral, la manipulación tras bastidores de líderes políticos, las negociaciones de aposento con autoridades.
Es la impresión que tengo porque en los últimos meses los funcionarios católicos se muestran cada vez más nerviosos con el asunto de la despenalización parcial: sus pronunciamientos se han vuelto más amenazadores, sus críticas al gobierno han ido in crescendo, la campaña antiaborto alcanza ribetes de obsesión.
La estrategia eclesiástica de intimidación política pareció culminar hace unos días con las declaraciones de Benedicto sobre la corrupción y otros vicios gubernamentales. Es decir, como hasta ahora Leonel no ha inclinado la cerviz, bajándole públicamente una línea antiaborto a sus legisladores -como sí lo hicieron en su momento el PRD y el PRSC- la Iglesia decidió darle a probar lo que le espera si no recapacita.

Pero parece que lo de Benedicto tampoco fue suficiente y de ahí el ataque personal a Minou Tavárez Mirabal, Magda Rodríguez y Víctor Terrero Encarnación. Contrario a lo que quiere aparentar, la arremetida del viernes contra estos legisladores –al igual que la bomba de Benedicto- no es expresión de fortaleza sino de debilidad. Y bien harían los políticos dominicanos en entender esto, tanto los que ya claudicaron públicamente como los que con gran valentía siguen defendiendo sus principios.

Porque hay que estar claros: esto no es asunto de quién está a favor de la despenalización parcial (la abrumadora mayoría de los legisladores), sino de quién tiene la entereza de decirlo en voz alta. Y estos tres legisladores han estado dando cátedra de honestidad, firmeza y coraje en la defensa de sus convicciones. Por eso la amonestación pública, que además sirve de advertencia a los demás funcionarios electos de lo que les espera a quienes osen desobedecer las órdenes de la jerarquía eclesial.

Escuchando las Siete Palabras de ayer yo me preguntaba, ¿qué porcentaje de la población dominicana dejaría morir a la hermana/hija/esposa/amiga a la que se le diagnostica una complicación de salud cuya solución es incompatible con la continuación de un embarazo? ¿Qué proporción obligaría a una niña de nueve años preñada de gemelos por un padrastro violador a llevar a término ese embarazo, como recientemente intentaron hacer los obispos brasileños? ¿Cuántos insistirían en que la mujer cuya sonografía muestra un feto anencefálico continúe inútilmente su embarazo durante cuatro meses más, para que al final le hagan una cesárea (cirugía mayor, con todos sus riesgos), a sabiendas de que el recién nacido no sobreviviría más de unas horas, como en efecto ocurrió en una maternidad pública dominicana el año pasado?

Y me preguntaba yo, no ya cuantos ciudadanos, ni siquiera cuántos feligreses, sino cuántos curas estarán realmente de acuerdo con la postura de la Iglesia Católica que obliga a tales cosas so pena de excomunión y cuántos, por el contrario, usarían la privacidad del confesionario para dispensar a sus fieles de esta regla insensata (por no decir criminal, como en efecto se puede argumentar).

La indignación generalizada que suscitaron el caso de la niña brasileña y las declaraciones de Benedicto XVI en África sobre el uso del condón, muestran que las posiciones oficiales del Vaticano están cada vez más divorciadas de la opinión pública mundial, aún la de los países de mayoría católica. ¿Cómo convencer a la ciudadanía -o aún a su propia feligresía- de la superioridad moral de la norma que obliga a una mujer enferma a morir antes que abortar, o la que prohíbe el uso del condón en medio de una epidemia de SIDA que mata millones cada año?

La respuesta es que la ortodoxia vaticana logra convencer cada vez a menos personas, como muestran las encuestas de opinión realizadas en numerosos países de mayoría católica. Según los sondeos de Católicas por el Derecho a Decidir y otras entidades, por ejemplo, sólo una minoría de católicos latinoamericanos está de acuerdo con las posiciones de la Iglesia frente a la anticoncepción, el aborto terapéutico, el uso de condones para la prevención del VIH, el divorcio, la educación sexual escolar y otros asuntos. Un sondeo reciente muestra que el 90% de los católicos de México, 86% de Irlanda, 79% de Estados Unidos, 77% de Filipinas y 59% de Ghana apoya el uso de condones. Después del fiasco de Benedicto en África, el 43% de los católicos franceses fue más lejos y se mostró a favor de la renuncia del Papa.

La Iglesia dominicana sabe que, cuando se le explica honestamente, la mayoría de la población no apoya su posición frente al aborto terapéutico. Por eso se cuida mucho de mantener el discurso de la ‘defensa de la vida’ al nivel de abstracciones y frasecitas bonitas, evitando a toda costa entrar en detalles que puedan conducir a percepciones de extremismo moral o fanatismo religioso. Por eso, ante el temor de haber perdido la batalla en la opinión pública, concentra sus esfuerzos en la intimidación y el chantaje político.

Todo lo cual me hace pensar en el 63 y en las ironías de la historia. Que la misma Iglesia de Láutico esté atacando otra vez a un gobierno del partido de Bosch por mantener (o al menos eso esperamos) una postura progresista en materia social. Que la misma Iglesia que durante casi treinta años apoyó incondicionalmente al asesino de su mamá, ahora quiera crucificar políticamente a Minou...

En fin. Ahora hay que esperar las reacciones de los diversos sectores que inciden en la vida política nacional, todos los cuales se proclaman defensores de la libertad y demócratas a carta cabal. Vamos a ver cuántos y cuáles de ellos van a dar la cara tras este grosero atentado contra la institucionalidad democrática. El PLD, en particular, no debiera claudicar: tiene una deuda histórica que saldarle a Juan Bosch.

Denise Paiewonsky

12 de abril, 2009

13 Abril 2009, 11:47 PM
DIARIO HOY, digital
Responden críticas de la Iglesia sobre aborto

El rector de la UASD considera que la discusión en torno al aborto debe hacerse de forma desapasionada y “sin tomar criterios eminentemente religiosos”

Escrito por: ALTAGRACIA ORTIZ, LLENNIS JIMÉNEZ, FIOR GIL Y CARMEN MATOS

Desde el feminismo, los médicos, el rector de la UASD, legisladores y la Academia de Ciencias pusieron ayer puntos críticos a las declaraciones de la Iglesia Católica sobre el aborto.

Si los médicos son “carniceros” por lo menos trabajan y no como muchos curas, que viven de la ignorancia de muchos dominicanos, dijo ayer el doctor Rafael Mena, presidente de la Asociación Nacional de Clínicas Privadas (Andeclip).

De su lado, el presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD), Aldo Ariel Suero, rechazó el calificativo con que el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez se refirió a los galenos, en el contexto del aborto.

Mena dijo que la mujer tiene derecho a decidir sobre su cuerpo. “Es su derecho tomar una decisión si es violada y queda embarazada”, explicó.

La polémica en torno al tema del aborto fue introducida nueva vez por la Iglesia Católica, cuando el Viernes Santo siete sacerdotes se refirieron al tema al pronunciar el Sermón de las Siete Palabras.

En la ocasión dijeron que existe la intención de incorporar la despenalización del aborto en la reforma a la Constitución. “Este es un pueblo creyente y es de eso que se aprovechan, que no usen la religión para asustar a la gente”, dijo Mena.

Colectivo de Mujeres. Sergia Galván, directora del Colectivo Mujer y Salud, refirió que la despenalización del aborto no está en debate en el proyecto de reforma constitucional, aunque destacó que varias entidades enviaron una comunicación al Congreso para advertir sobre los inconvenientes futuros que generaría el artículo 30.

De aprobarse ese artículo como está planteado, se cerraría toda posibilidad de que en un futuro se despenalice el aborto y de que se usen métodos anticonceptivos, explicó. La propuesta que hacen las organizaciones es que el artículo 30 establezca que el Estado reconoce y garantiza el derecho a la vida, promoverá su protección y disfrute con la más alta dignidad, y no podrá establecerse, pronunciarse ni aplicarse en ningún caso, la pena de muerte.

También piden que se le eliminen las frases “desde el momento de la concepción”.

Galván expresó que la Iglesia tiene todo el derecho de pronunciarse en contra del aborto y hasta se cuestionaría que esa no sea su posición, porque es parte de su fundamento religioso y espiritual. “Pero rechazamos que desde esa postura eclesial se pretenda que el Estado legisle desde una perspectiva religiosa.

“Da mucha pena que una tribuna tan importante como es el Sermón de las Siete Palabras no se hayan referido a la propuesta completa de reforma constitucional que han presentado las organizaciones de la sociedad civil.

Academia Ciencias. El presidente de la Academia de Ciencias, Nelson Ceballos, planteó que respeta, pero no comparte, la posición de la Iglesia sobre el aborto.

En ese sentido, dijo que tanto él como Alejandro Pichardo, de la Comisión Médica de la entidad, favorecen el aborto terapéutico

Asimismo, dijo que la entidad aboga porque se establezca en la Constitución un Estado social, de derecho y laico, para que se pueda discutir y eliminar el Concordato y se dé paso a la educación laica, que desde 1882 fue establecida en el país por Eugenio María de Hostos bajo el gobierno democrático de Gregorio Luperón, hasta 1952 cuando lo eliminó Trujillo.

Pichardo dijo que admiran la coherencia de la Iglesia a lo largo de su historia social, pero que rechaza la actitud irresponsable y de doble moral de algunos sectores sociales ante una problemática que es de derechos humanos.

Diputados responden. Los legisladores Víctor Terrero y Minou Tavárez Mirabal coincidieron en negar que pretendan eliminar el respeto del derecho a la vida en la reforma a la Constitución, como afirmó el padre Manuel Ruiz al momento de pronunciar en el Sermón de las Siete Palabras, la primera palabra que dijo Jesús en cruz, “Padre, Perdónalos, porque no saben lo que hacen”.

El reformista Terrero, representante por la provincia de Barahona y presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, también le replicó al cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, por llamar a los médicos carniceros.

Le expresó al cardenal, que en su condición de médico ginecólogo-obstreta, de más de 25 años de ejercicio en los hospitales públicos de su región Enriquillo, nunca ha realizado un aborto, por paga ni por ocultar una actuación irresponsable para salvar la vida de la madre. Empero, dice que asume el artículo 30 de las reforma a la Constitución en todas sus partes.

Zoom

Discusión jurídica

El rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Franklin García Fermín, consideró ayer que la discusión en torno al tema del aborto debe hacerse en el país de forma desapasionada y “sin tomar criterios eminentemente religiosos”.

Al referirse a la posición de la Iglesia con relación al tema, dijo que que “no se le puede dar la espalda a los criterios que son de orden científico.

Las frases

Rafael Mena

Presidente andeclip

Están usando la religión para meterle miedo a la gente, cuando las mujeres son en realidad dueñas de sus cuerpos y de sus actuaciones”.

Franklyn García F.

Rector de la USAD

El aborto debe ser abordado desde la perspectiva de una realidad social en la que se realizan miles de abortos clandestinos”.

Sergia Galván

Colectiva mujer y salud

En el país no hay nadie que promueva el aborto porque este es el último recurso que tiene una mujer frente a un embarazo no deseado”.

Víctor Terrero

Diputado

En mi condición de ginecólogo-obstreta, de más de 25 años de ejercicio en los hospitales públicos, nunca he realizado un aborto”.


Posturas fundamentalistas

En Sermón de las Siete Palabras

Sacerdotes claman por el respeto a la vida

Los curas pidieron perdón por las feministas que tratan de justificar el aborto con cualquier dificultad

SANTO DOMINGO.-Con fuertes criticas al aborto y un abierto pedido a las autoridades para que se respete la vida, sacerdotes de diferentes parroquias sustentaron este Viernes Santo el tradicional Sermón de las Siete Palabras.

La primera reflexión pública estuvo a cargo del padre Ramón Ruiz, de la parroquia Santa Cecilia, quien pidió al Señor perdonar a los legisladores que promueven la variación del artículo 30 en la propuesta de la reforma constitucional, en el cual se establece el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte.

También pidió perdonar a las feministas que han hecho creer que donde el aborto es legal las muertes maternas son menores que donde está penalizado.

Asimismo, Ruíz solicitó el perdón para el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, porque a pesar de la crisis económica por la que atraviesa esa nación libera millones de dólares para financiar la interrupción del embarazo en los países pobres, y para la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por sumarse a "esa penosa causa".

En el ambito local, Ruíz dijo sentir una terrible decepcion, porque con gente tan valiosa como la diputada Minou Tavárez Mirabal, Magda Rodríguez y Tito Terrero Encarnación se hayan convertido en los principales promotores del aborto en el Congreso Nacional.

"Perdónalo, Padre, porque se les ha olvidado que fueron elegidos para legislar a favor de los valores de la patria", rogó.

La Segunda Palabra estuvo a cargo del sacerdote Ramón Rodríguez Domínguez, director del Insittuto Politécnico de la Familia, quien aseguró que "el camino que llega a la perdición es un camino de muerte y lo transitan los que viven en medio de la muerte y se pasan la vida en el temor, renegando y maldiciendo una vida a la que no encuentran sentido, y en la que solo hayan un alivio pasajero alienándose de las mismas, matando el tiempo con el trabajo, las diversiones, la música y el ruido, incapaces de entrar dentro de sí mismo en el silencio que le resulta insoportables".

En la reflexión, que tradicionalmente realiza la Iglesia católica sobre la realidad religiosa y social e inspirada en las últimas Siete Palabras de Jesús en la cruz, también participó el sacerdote Luis de la Cruz, quien tuvo a su cargo la Tercera Palabra.

De la Cruz llamó a las jóvenes madres a no practicarse el aborto, ya que el embarazo es don de Dios.

Citó a la virgen María, de quien dijo fue dada en la cruz como madre al discípulo, lo que manifiesta el amor de Dios por nosotros. " Por eso odiamos el aborto"

Alejandro Cabreja, de la parroquia Santa Ana de Gualey, pronunció la Cuarta Palabra elevando una plegaria por los jóvenes, los niños por nacer y los que han sido eliminados por el hambre, los terroristas y los humillados, asi por quienes "pretenden disculpar el crimen".

"Te pedimos, Padre, por aquellos que están a punto de perder la fe. Muchos se vuelven contra Ti porque sufren. Acompaña en esta hora a los que sufren, especialmente a los que se sienten abandonados, los que se sienten hundidos en su depresión, ayuda a los que sienten ideas de suicidio, los que creen que ya la vida no sirve para nada".

En tanto que la quinta reflexión la pronunció el padre Darío Bencosme, de la Parroquia Inmaculada Concepción del Invi. Este sacerdote también criticó el aborto y la insistencia con que grupos en el mundo y en nuestra sociedad luchan para que se legalice esa práctica que, dijo, "es inaceptable ante los ojos de Dios".

"No hay circunstancia, no hay enfermedad, no hay situación de peligro que justifique tan horrendo crimen".

"Jesús -continuó- tiene sed de padres y madres responsables para que no confíen la educación de sus hijos a hombres y mujeres sin principios".

La Sexta Palabra estuvo a cargo del padre Demetrio de la Cruz, quien pidio al Padre iluminar los caminos de este mundo que están abarrotados de tumultos violencia, mentiras, escándalos, estructuras injustas y sistemas políticos que se prestan para organizar y promulgar leyes a la medida de los gobernantes de turno.

Dijo que al igual al Santo Padre y los conceptos emitidos por la Conferencia del Episcopado Dominicano ora para que el Señor ilumine a la Asamblea Nacional a fin de que se mantenga invariable el artículo 30.

La Séptima y última Palabra estuvo a cargo de Fray Gabriel Robles, párroco de Nuestra Señora de Consolación, quien encomendó en las manos del Espíritu Santo " a los inocentes que mueren antes de nacer del vientre de sus madres, a los que mueren una vez nacidos porque han venido al mundo en que solo aprenden cosas malas y por tanto simplemente siguen haciéndolas, llamese robar, asesinar, consumir y distribuir drogas, especular con los recursos de los pobres y, en definitiva, querer vivir de los demás"

A juicio de Robles, la muerte de los desgraciados parece que no tiene relevancia y no importa, "pues para una avanzada socieda moderna y tecnocrática solo los que triunfan valen y cuentan".

El Sermón de las Siete Palabras se llevó a cabo en la Catedral, de la 1:00 a 3:00 de la tarde.

domingo, 12 de abril de 2009