Las paredes de Santo Domingo amanecieron voceando.
Despertaron valientemente engalanadas:
ESA NO ES MI CONSTITUCION.
Para que vea quien no quiere ver
Para que oiga quien no quiere oir
Porque aquí nadie quiere esa constitución.
Despertaron valientemente engalanadas:
ESA NO ES MI CONSTITUCION.
Para que vea quien no quiere ver
Para que oiga quien no quiere oir
Porque aquí nadie quiere esa constitución.
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