jueves, 8 de noviembre de 2007

CMS, INDESUI, PROFAMILIA Y OTRAS ENTIDADES ASISTEN A PERSONAS DAMNIFICADAS DE CASILLA Y EL CAPA EN SAN JUAN DE LA MAGUANA.

Santo Domingo, 8 de noviembre del 2007

Varias entidades entre las que se encuentran PROFAMILIA, INDESUI, Plan Internacional, Dirección Provincial de Salud, Confederación de Mujeres del Campo (CONAMUCA), Colectiva Mujer y Salud (CMS), Oficina Provincial de la Mujer y otras organizaciones sociales de San Juan de la Maguana, se unieron para brindar asistencia de emergencia a las familias de las comunidades Casilla y El Capá, damnificadas por la tormenta Noel.

Los y las profesionales de la medicina que acompañaron al equipo realizaron unas 127 consultas médicas, 147 personas fueron vacunadas contra el polio, difteria, tétanos y meningococcemia; y a 108 personas se les brindó apoyo emocional. El operativo también pretendía llegar hasta El Copey, pero la lluvia lo impidió. Se realizaron 90 visitas domiciliarias y se distribuyeron boletines con orientación sobre el manejo de alimentos, consumo de agua, eliminación de la basura. Asimismo se informa sobre prevención de enfermedades y la violencia intrafamiliar.

El personal médico diagnosticó diversas enfermedades como vaginitis, gastritis, parasitósis, escabiasis, conjuntivitis y desnutrición. En tanto que las comunidades atendidas presentan decenas de viviendas muy afectadas por las lluvias, cuantiosos daños a la agricultura, desaparición y ahogamiento de animales, lo que es la causa de desesperanza, depresión e irritación colectiva y gran temor a la lluvia.

Los voluntarios y voluntarias, entre ellos, médicas y médicos, psicólogas, enfermeras y trabajadoras sociales, llegaron próximo a las 12:00 M y desafiando las corrientes del río Cardón, cruzaron con el agua a la cintura y en la cabeza llevaron los medicamentos, alimentos, colchones, sábanas, mosquiteros y otros productos, los que entregaron a las familias necesitadas.

Los caminos vecinales hacia esas comunidades son de difícil acceso. Gran parte del trayecto hubo que recorrerlo a pie por caminos de lodo resbaladizo tan profundo que se quedaban atascados los calzados. Las difíciles condiciones de las vías provocaron accidentes sin consecuencias serias entre el personal voluntario que demostró su compromiso solidario con la población afectada.

Durante todo el trayecto, un residente en Casilla, identificado como Nery, sirvió de guía y explicaba cómo vivía la gente. Las casas de Tejamaní (palitos tejidos con cáñamo pañetados con barro) destruidas por las lluvias y los pisos de tierra, es una muestra de la extrema pobreza en que vive la población, además de la causa por la cual han sido mucho más vulnerables al paso destructor de la tormenta.

A pesar de su pobreza y del impacto del desastre, las familias de las comunidades intervenidas mostraron su solidaridad y colaboración y de los pocos alimentos que les dejó la crecida del río, prepararon con mucho amor, en casa de Doña Magali, el mejor arroz blanco con habichuelas verdes que pudieran comer los brigadistas.

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